jueves, 14 de noviembre de 2013

X Un Dilema

-Disculpa Jefe, me has agarrado en mis cinco minutos. ¿Cómo estás? Respondió rápidamente.

-Jajaja no te preocupes, es solo que desapareciste muy misteriosamente y estaba intrigado. Respondió su antiguo jefe bonachonamente.

-Créeme también para mi han sido unos días extraños. Le respondió mientras su mente volaba pensando en ella, su antiguo jefe siguió hablando pero el ya no estaba escuchando, imaginaba su vida perfecta junto a ella hasta que fue interrumpido.

-¿Has escuchado lo que te he dicho? Respondió intrigado su anterior jefe.

-Perdona, no puse atención a lo último es que voy tarde al trabajo. Menciono con voz cortante.

-Te decía que me temo que no hay buenas noticias para ti, ha venido la policía a preguntarme por ti, de hecho están conmigo ahora mismo.

El sueño en el que había estado viviendo los últimos días se rompió como una pompa de jabón en el aire, un escalofrió recorrió su cuerpo y pidió ser comunicado con las autoridades.

-Ingeniero, que gusto poder localizarlo al fin, comenzábamos a pensar que se nos estaba escondiendo soy el Detective Miranda. De crímenes corporativos. Respondió sarcásticamente su interlocutor.

-No es el caso Detective, si supiera que me buscaban con gusto tomaría la llamada. Respondió algo molesto.

-No conocíamos su situación laboral actual, me preguntaba si podríamos vernos para platicar acerca del incidente en la carretera a Coatzacoalcos. 


-¡Claro! No sé qué necesiten pues ya he respondido todo lo que me han pedido, pero estoy dispuesto a cooperar. Respondió con algo de temor.

-Como le he dicho al principio de la llamada, investigo crímenes corporativos y estamos interesados en conocer más acerca del trágico suceso hace unos meses.
-Seguro, me reuniré con ustedes a la hora de la comida.

Su pasado lo había alcanzado, no podía huir por más que lo intentara, y ahora temía que ese incidente destruyera su vida, manejo alterado a su trabajo y llego ya estresado.

-Buen día Ingeniero, le saludo amablemente la recepcionista. El solo esbozo una ligera sonrisa y corrió a su oficina, acto seguido cerró la puerta. Necesitaba concentrarse pues esta situación le estaba comiendo su vida. Cuando de repente la puerta de la oficina se abrió intempestivamente y alzo su mirada.

-Licenciado Álvarez, ¡Buen día! Respondió con una falsa sonrisa que intentaba esconder sus problemas.

-Ingeniero, si no me equivoco ya conoció a la licenciada Alberdi. En ese momento todos sus problemas parecieron esfumarse mientras ella daba los pasos a su oficina, era como si el sol estuviera emanara de ella, y su sonrisa le introdujera a un maravilloso mundo de felicidad del que él quería formar parte.

-¡Pppor supuesto! dijo tartamudeando mientras torpemente se levantaba de su silla para estrechar su mano.

Mientras lo hacía sintió la suavidad de su mano y sentía como si el tiempo se detuviera.

-Hola, lamento interrumpirle, ¡Vaya! estrecha la mano con firmeza, eso nos servirá en nuestra reunión de hoy. Dijo ella.

-¿Perdón? Respondió sorprendido. Mientras soltaba su mano.

-Ya lo creo, sonrió el licenciado Álvarez.
- Ingeniero vengo a informarle que hoy tenemos una comida con un posible cliente y para que vaya familiarizándose con el trabajo necesito que vaya con la Licenciada Alberdi a esta reunión.

-¡Vaya! Si, sería maravilloso pero… sucede que hoy tengo una comida para tratar un tema personal y no creo que me sea tan fácil zafarme de ello. Respondió titubeando.

-Lo entiendo Ingeniero pero esto es más importante que cualquier tema personal. Respondió algo molesto el licenciado Álvarez.

-Bueno, supongo que el Ingeniero podría citarse en el mismo lugar y darle un tiempo adicional para tratar sus temas, después de todo es su horario de comida. Intercedió ella.

-¡Bien! Me gusta cómo piensa licenciada Alberdi, vera ingeniero aquí nos gusta resolver los problemas no enfrascarnos en ellos, pues entonces así será, creo que debería agradecerle a la licenciada ingeniero ¿No cree?

-Claro, claro, gracias licenciada, supongo que tengo mucho que aprender. Dijo apenado.

-No se preocupe Ingeniero, platicaremos de ello mientras vamos a nuestra cita. Respondió amablemente ella. Acto seguido se retiraron dejándolo solo.

Sin duda las cosas se habían complicado, porque no quería que ella se enterara de sus problemas y menos esta clase de situación tan delicada, que amenazaba su futuro y mientras sus problemas crecían y las horas avanzaban tocaron a la puerta de cristal de su oficina.

-Buenas tardes ingeniero, me mando la licenciada Alberdi para preguntarle, si ya está listo. Le dijo un joven al parecer su asistente.

-Si claro, estaré en 5 minutos con ella.

-Bien ella le espera en la recepción.

-Hecho, en un momento estoy con ella. Dijo con emoción.

Se dirigió al sanitario, estaba muy emocionado y con mucho temor, sin buscarlo tenía la oportunidad de poder convivir con ella y que lo conociera mejor. Se arregló su corbata y se refresco su rostro para poder estar lo más presentable posible para ella y se dirigió a su encuentro.

-¡Hola! ¿Listo para nuestra primera cita? Dijo ella sonriendo.

El solo dijo apenado. –Si jeje creo que sí. Deseando que en verdad pudiera salir con ella.

Cuando iban al estacionamiento y ella le informaba a donde irían ella pregunto
-¿Y bien como nos iremos?

-Bueno supongo que podemos ir en mi auto. Dijo con pena el.

-Ok dijo ella jovialmente. Mientras se acercaban a su auto ella le dijo.
-Perdón pero te noto algo nervioso y serio ¿Todo bien?

Si perdón, Respondió el, es que estaba en otro lado jeje disculpa dijo mientras se apresuraba para abrirle la puerta.

Ella se sonrojo y le dijo:
-Vaya que caballeroso, ya quedan muy pocos hoy en día. Y el solo sonrió.
Al encender su auto comenzó a sonar un disco de los Beatles y bajo un poco el volumen. A lo cual ella respondió:

-No, no, súbele me encantan Los Beatles. Dijo con emoción.

-¿En verdad?  Wow que bien creo que nos llevaremos bien entonces. Respondió con alegría y continuaron su trayecto hablando del grupo, los artistas y estilos de música que les gustaban. Esto hizo que él se relajara y conociera un poco más de ella y a estar más cómodo con ella.

Si alguien le hubiera dicho hace unos meses que estaría en su auto con una hermosa mujer que tenía sus gustos musicales mientras iban a una comida no lo hubiera creído. Siendo tan tímido como el, poco creía que estuviera ahora ¡Hablando con una mujer que había visto en el trasporte público! No había otra cosa que lo hiciera más feliz en ese momento y es que al estar junto a ella todos sus problemas parecían desaparecer y la vida parecía más simple y hermosa al mismo tiempo.

Finalmente llegaron a su destino. Tal y como un atardecer que disfrutas, como esa vacaciones en las que has sido tan feliz, como esa satisfacción al escuchar tu canción preferida y como el mejor de los sueños que has tenido y no quieres despertar así es como él se sentía, deseando que ese momento juntos nunca terminara, pero era hora de volver a la realidad, y afrontar lo que seguía.

Caminaban rumbo al restaurante y ella comenzó a explicarle rápidamente los temas que se discutirían en la reunión y los argumentos que podría utilizar mientras ella mostraba la manera en que presentaría su trabajo.

Al llegar con la hostess del elegante restaurante y cuando eran guiados a la mesa reservada sintió como si algo no estuviera bien. Pensamiento afirmado cuando un rostro familiar surgió dentro de la multitud del lugar.

Mientras la hostess los dejaba en su mesa y comenzaban las presentaciones sucedió.

-¡Ingeniero Cameán, ¡Que sorpresa! Dijo el misterioso personaje.

-¿Perdón, ya se conocían? Comento ella perpleja.

-Claro que si licenciada, el ingeniero y yo trabajamos juntos hace unos meses en otra fase del proyecto que deseamos tratar con su compañía.

Dicho personaje era nada más y nada menos que el licenciado Raúl Mondragón De Leon Vicepresidente de Link Systems.

Mientras se reponía de su sorpresa, intento tomar las riendas de la plática, en lugar de preocuparse, debía demostrarle a ella sus habilidades, sin duda era un gran reto que no esperaba en ese momento pero debía resolverlo para impresionarla.

-Por supuesto que lo conozco, este hombre es un gran hombre de negocios y una persona muy amable. Dijo firmemente.

El licenciado Mondragón soltó una sonora carcajada mientras todos tomaban asiento.

-Así que, Ingeniero, nos volvemos a ver, espero que en esta ocasión no tengamos más que buenas sorpresas, ¿Qué solución ofrece su empresa a Lynk Systems?

Mientras el dio una introducción general de la empresa, ella comenzó a presentar su proyecto y los puntos que podrían negociar. El la veía impresionado, no solo era hermosa y con un gran gusto musical, tenía un lenguaje fluido y muchas ideas revolucionarias, sin duda era la mejor. Escucho atentamente la plática y empezó a prepararse para las posibles dudas y objeciones que el Licenciado Mondragón podría presentar e incluso las repercusiones que tendría por su pasado con ellos.

-Muy bien Ingeniero, su compañera nos ha puesto a pensar, solo hay una cosa que nos preocupa, no queremos volver a pasar problemas como los que tuvimos antes con usted ¿Qué garantiza que todo se llevara a cabo conforme al plan, sin desagradables sorpresas como nos pasó con usted? Dijo el Licenciado Mondragón mientras arqueaba su ceja y sus socios lo veían fijamente esperando su respuesta.

La pregunta era certera y sin duda su lamentable pasado lo seguía a donde quiera que fuera, y tenía que cerrar ese trato a como diera lugar pues no solo debía que impresionarla a ella, su trabajo también dependía de ello. Tomo aire y comenzó a explicar.

-Licenciado Mondragón, usted tiene la ventaja de que ya me conoce, soy una persona responsable y que verifica que todo sea correcto, tan es así que hablando de nuestro incidente anterior aunque ya no esté en la compañía estoy trabajando para resolverlo y buscare soluciones. No me gusta enfrascarme en los problemas, prefiero resolverlos. El proyecto de la Licenciada Alberdi es sin duda lo que su producto necesita, y con la ventaja de que yo conozco un poco más de este producto, podremos desarrollar lo que su compañía merece y más. Si nos da la oportunidad conocerá a esta empresa y la pasión de su gente. Le pido no los juzgue por nuestro viejo incidente pues de ser así perderá una oportunidad inigualable y honestamente dudo que encuentren otra propuesta así y con el precio tan competitivo que les estamos ofreciendo.

Estaba temblando por dentro y esperando que aceptaran. El silencio se apodero de los presentes. Hasta que el Licenciado Mondragón respondió.

-Está usted en lo cierto ingeniero, nos reuniremos con el consejo la próxima semana y tendrán mi respuesta pronto. Ahora si nos disculpan tenemos otra reunión y nos retiramos ya. Un placer escuchar su propuesta licenciada. Buena tarde. Dijo de manera seca mientras se retiraba con sus socios.

Ella simplemente no entendía nada de lo que pasaba e intentaba procesar lo que había
pasado en esa comida.

-Perdona que te haya hecho pasar por esto, honestamente no sabía que las cosas serían de esta manera. Dijo apenado.

-Bueno, ciertamente no sabía de tu pasado con este cliente, pero debo decirte que estoy impresionada por la manera en que has manejado la situación. Dijo ella seriamente. ¿Cuál es tu historia con ellos?

-Veras yo trabajaba como controlador de tráfico y logística internacional para Jack´s Andre salve la negociación, y estábamos teniendo excelentes resultados cuando llego un pedido de alta urgencia el cual era este producto que entonces solo era un prototipo, mi trabajo era vigilar y rastrear el paquete desde su consigna hasta su entrega, algo que hacia siempre pero… Su historia fue interrumpida cuando el Detective Miranda toco su hombro y le llamo.

-Disculpa ya te contare en otro momento mi compromiso personal que les había comentado ya llego. Dijo seriamente.

Ella asintió con la cabeza, y se retiró del lugar cada vez más intrigada por él y la situación que había visto ese día.